De deicidas.
Gabriel García Márquez decía que la mejor novela de caballería era o es el “Amadís de Gaula”, y ciertamente no se equivocó, lo es; pero dentro de lo estricto de una novela de caballería: el honor, lo ingenioso, la caballerosidad, el desprendimiento, el valor, la nobleza, la valentía, la hermosura. Tanto es así que tomó el nombre de este personaje para bautizar a otro en “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada”. En la otra esquina del ring tenemos a Mario Vargas Llosa que decía o sigue diciendo, que la mejor novela de caballería es el “Tirant lo Blanc” y ciertamente no se equivocó, lo es, pero a diferencia de las características antes mencionadas, esta novela vino con una añadidura: “el erotismo” y algo más “la totalidad”, lo que él llamaría “la novela total”. El respaldo estaría en la monumental obra de Cervantes: “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” en el capítulo VI: —¡Válame Dios! —dijo el cura, dando una gran voz—. ¡Que