Hans Christian Andersen - "La vendedora de fósforos": Cuento y crítica.
La pequeña fosforera Hacía un frío horrible. Nevaba y comenzaba a oscurecer. Era la última noche del año, la noche de San Silvestre. En medio del frío y la oscuridad, una pobre pequeña con la cabeza descubierta y los pies descalzos recorría las calles; cierto es que al salir de casa llevaba zapatillas, pero ¡de poco le había servido! Eran unas zapatillas muy grandes, tanto que su madre había sido la última en utilizarlas, y la pequeña las había perdido al cruzar corriendo la calle cuando pasaban dos carruajes a galope tendido. Una de las zapatillas no apareció por ninguna parte y la otra se la llevó un chiquillo, que dijo que la usaría como cuando tuviera hijos. Así pues, la pequeña iba con los piececitos descalzos amoratados de frío. En un viejo delantal llevaba fósforos y sostenía un paquete en la mano. En todo el día nadie le había comprado, nadie le había dado una triste moneda, y, hambrienta y aterida de frío, caminaba con aspecto abrumado. ¡Pobre pequeña! Los copos de n...